La luz matinal inunda con fuerza mi habitación.Acto seguido abro los ojos y empiezo a notar el calor que se empecina a no dejarme tranquilo ni un segundo. Me levanto, desperezo, y como un martillo en la cabeza, todo lo pensado (y creído muerto bajo la almohada),vuelve a atacarme con renovadas fuerzas. Sonrío,preparo el desayuno,cojo la mochila,la bicicleta y me marcho al trabajo.
Hoy es un día igual que ayer, con la misma rutina,agobios,alegrías y desilusiones, la única diferencia es que sigues desastabilizando mi balanza mental.
Te odio,tabaco.
Segundo día sin tí.
Shento-K
